Devocional Familiar:
Leer 2 Samuel 4, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Lucas 16:13-16
13Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. 14Y oían también todas estas cosas los fariseos, que eran avaros, y se burlaban de él. 15Entonces les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; más Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación.
Jesus confronta a los fariseos
Esta semana reflexionaremos sobre la parábola del hombre rico y Lázaro. Para ayudarnos a estudiar esta parábola, hoy meditaremos en el contexto donde se da esta enseñanza, apreciando esto en Lucas 16:13-16. Jesus acababa de dar la palabra del mayordomo infiel y concluye con una sombría advertencia, “Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.” Conocemos que entre los que escuchaban a Jesus se encontraban algunos fariseos y que estos eran “avaros, y se burlaban de él”. Al decir que los fariseos eran avaros es importante entender el significado bíblico de avaricia. La avaricia se refiere a un desorden de deseo por poseer bienes, riquezas y posesiones que conlleva muchas veces a actuar de manera inmoral, puesto que no se conforma más allá de lo requerido para vivir de manera cómoda y supervivencia básica. Este deseo desordenado por la riqueza queda revelado pues la respuesta de los fariseos ante la enseñanza de Jesus era burlarse de él.
Jesus no lo deja ahí, sino que los confronta con la verdad. “Entonces les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; más Dios conoce vuestros corazones.” La respuesta de los fariseos revelaba la condición de sus corazones. Externamente, los fariseos podrían intentar engañar al pueblo con su religiosidad y afán por comunicar que las riquezas materiales eran señal de la aprobación de Dios para sus vidas, justificándose, pero la verdad interna de sus corazones estaba manifiesto ante Dios. Jesus los confronta y advierte concluyendo “porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación.”
Este es el ante sala de la parábola del hombre rico y Lázaro. Jesus ahora pasará del ejemplo terrenal del mayordomo infiel a un ejemplo que trascenderá a la experiencia eterna de dos hombres que vivieron vidas muy distintas y tuvieron finales eternos muy distintos.
Desafio y Aplicación
Quizás no te identificas con el fariseo religioso, pero te invito a examinar tu corazón y escudriñar si vives sirviendo verdaderamente solo al Señor. Recuerda, “ningún siervo puede servir a dos señores… No podéis servir a Dios y a las riquezas.” Una buena forma de saber dónde esta nuestro corazón es ver donde esta nuestro tesoro, pregúntate ¿cómo uso mi tiempo y dinero? La respuesta a esta pregunta podría revelar la necesidad de arrepentirte. 1 Juan 1:9 nos alienta, “si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”