Devocional Familiar:
Leer 1 Samuel 23, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Lucas 13: 18:21
Y dijo: ¿A qué es semejante el reino de Dios, y con qué lo compararé? Es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su huerto; y creció, y se hizo árbol grande, y las aves del cielo anidaron en sus ramas. Y volvió a decir: ¿A qué compararé el reino de Dios? Es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo hubo fermentado.
Bendecidos por su revelación
Luego de sanar a una mujer enferma y confrontar al principal de la sinagoga, nuestro Señor Jesucristo comienza a enseñar a la multitud nuevamente a través de parábolas. Recordemos que el Señor ya había enseñado con parábolas en dos ocasiones anteriores. Primero, en el capítulo 8 con la parábola del sembrador viendo como la semilla crece según el terreno y en el capítulo 13 con la parábola de la higuera estéril, donde todo árbol que no da buen fruto es cortado y tirado al fuego.
En el Capítulo 8 conocimos el propósito de las parábolas, viendo como estas son de bendición para los verdaderos discípulos de Cristo, pero de perdición para los que no son discípulos de Cristo. Fuimos alertados que por más simple que suene una parábola, esta no puede ser comprendida, ni de beneficio para nosotros, si no es por revelación divina del Espíritu Santo. Cabe recalcar que no solo las parábolas sino toda la Biblia, inspirada por Dios, no puede ser comprendida por simple inteligencia humana, sino que es comprendida solo y únicamente por revelación del Espíritu Santo, Pablo lo explica así en 1 Corintios 2:12-14 12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, 13 lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. 14 pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. Por lo tanto, meditemos en la gran bendición que tenemos de ser verdaderos discípulos de Cristo Jesús y poder entender su palabra y enseñanza. Meditemos en la gran bendición que tenemos de poder tener su palabra revelada directamente a nosotros y de tener el Espíritu de Dios mismo en nosotros que nos guía e instruye atreves de sus enseñanzas en su Palabra. Agradezcamos y glorifiquemos a Dios porque Él es tan bueno que provee hombres y líderes que se desempeñan en estudiar su palabra para poder discipular y guiar al cuerpo de Cristo según su palabra fiel.
Desafio y Aplicación
No menospreciemos la palabra de Dios. Valoremos toda la palabra incluyendo sus genealogías, historias, salmos, profecías y en este caso las parábolas. Nunca las menospreciemos ni dejemos de estudiarla. Pidamos sabiduría al Señor para poder comprenderla y aplicarla para su honra y para su gloria. Hoy, agradezcamos a Dios por lo bueno y misericordioso que es por darnos este tan grande privilegio de tener su palabra revelada por el Espíritu con nosotros.