Devocional Familiar:
Leer 1 Samuel 8, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Lucas 8:15
15Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.
La semilla que cayó en tierra fértil, parte 1
Cuando consideramos la semilla que cayó en buena tierra, lo primero que Jesús está invitando a sus discípulos a hacer es imitar la buena tierra al recibir la palabra con corazón bueno, retener la palabra oída y dar fruto con perseverancia. Todo discípulo de Cristo tiene un llamado de ser como la buena tierra de la parábola que recibe la semilla del evangelio con humildad, obediencia y perseverancia.
Antes que nada, cuando nos acercamos a la palabra de Dios, tenemos que recordar que Dios espera que nos acerquemos como oyentes reverentes y humildes. En Isaías 66:2, Dios dice que mirará “a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a [Su] palabra.”
De manera general, Dios siempre resiste la soberbia y favorece la humildad. Una de las pruebas más evidentes de la humildad es cuando alguien está dispuesto a sentarse a los pies de otro para escuchar y aprender de él. Sobre todo, sabemos que somos discípulos de Cristo llamados a sentarnos a los pies de nuestro maestro divino. En la gran comisión se nos ha llamado a obedecer todas las cosas que Cristo nos ha mandado. Somos llamados a aprender de nuestro maestro, seguirlo, imitarlo y obedecerlo.
Cuando lees la palabra de Dios, ¿con qué actitud te acercas? Cuando escuchas la predicación y enseñanza de la palabra de Dios, ¿con qué actitud la escuchas? Cuando otro hermano lee la palabra de Dios, ¿con qué actitud la recibes? Recuerda que, en última instancia, todas estas actividades son medios por los cuales Cristo te está discipulando para ser como él. Recuerda que Dios resiste al soberbio, pero le da gracia al humilde.
Desafio y Aplicación
Te desafío a meditar en tu corazón como has recibido la palabra de Dios últimamente. Pídele a Dios que te haga más humilde para recibir su palabra como esa tierra fértil. Toma un tiempo parar cantar, orar y meditar en la canción “Muestra a Cristo,” especialmente en la primera estrofa:
Prepara, oh Dios, mi corazón, Para recibir
Rompe el duro suelo en mí, Ayúdame a creer
Tu palabra siembra en mí, Su fruto haz crecer
Haz que pueda escuchar, Guíame en Tu verdad