Devocional Familiar:
Leer 1 Samuel 9, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Lucas 8:8,15
8 Y otra parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por uno. Hablando estas cosas, decía a gran voz: El que tiene oídos para oír, oiga… 15Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.
La semilla que cayó en tierra fértil, parte 2
Todo discípulo de Cristo se debe identificar con dos aspectos de esta parábola. El primer aspecto que vimos ayer es que todo discípulo de Cristo debe identificarse con la tierra fértil que recibe la palabra de Dios con humildad y obediencia. Por otro lado, el segundo aspecto con el cual todo discípulo de Cristo debe identificarse es con el sembrador que ve el fruto de su labor. Según Lucas 4:8, la semilla que cayó en buena tierra produjo una cosecha de ciento por uno. En otras palabras, el sembrador eventualmente vio que su labor de sembrar produjo algo.
El principio que Jesús enseña aquí es que su palabra realmente produce algo en su pueblo. Este principio es algo que vemos en Isaías 55:10-11:
10 Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come,11 así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.
Así como la semilla de la parábola, así como la lluvia de Isaías 55, sabemos que la palabra de Dios sin duda logrará los propósitos de Dios en su pueblo. Sabemos que la palabra de Dios es el medio que Dios usa para santificar a su pueblo, como afirma Juan 17:17: 17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.
Además del propósito continuo de la santificación, el propósito inicial que la palabra de Dios logra es hacer nacer de nuevo a los que Dios quiere salvar, como afirma Santiago 1:18: 18 El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.
Desafio y Aplicación
¿De verdad crees en el poder de la palabra de Dios para salvar? Si es así, sin duda sembrarás la palabra de Dios abundantemente en el campo que Dios te ha dado. Te desafío a aprovechar todas las oportunidades que tienes hoy para sembrar la palabra de Dios y confiar en que Dios la usará para realizar todos los propósitos que él desee.