Devocional Familiar:
Leer 2 Samuel 18, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Lucas 18:11-13
“11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. 13 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.”
¿A quién apunta tu vida?
En la parábola para esta semana, vemos al fariseo que se auto-justifica en vez de reconocer su propio pecado. Como cristianos reconocemos que nuestra justificación final viene de Cristo. Aun así, a veces usamos nuestro buen comportamiento para hacer crecer nuestra propia imagen y convencernos a nosotros mismos y otros de que somos buenos cristianos. Vemos esta mentalidad claramente en el fariseo. Cuando él ora, en vez de reconocer que Dios ha hecho por él, el fariseo declara lo que él ha hecho por Dios, “ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.” La autojustificación del fariseo le ciega de su propia realidad. Primero, él siente que él tiene que recordarle a Dios lo que él ha hecho para servirle, algo que obviamente Dios ya sabe por completo. Segundo, él piensa que Dios va a estar impresionado con su comportamiento y darle bendiciones especiales por quién ha sido como persona. Es bueno que el fariseo ayune y da sus diezmos, pero él se equivoca en creer que va a ganar el favor de Dios.
Esto es similar a un hombre que no puede dejar de hablar de sí mismo y lo que ha hecho. Aunque es fácil juzgar este hombre, muchas veces somos tentados hacer lo mismo. ¿Cuándo alguien te pregunta, cómo vas en tu relación con Dios? ¿Cómo respondes? Creo que muchos de nosotros empezamos a enlistar todas las cosas que hemos hecho para Dios en la semana o los pecados que hemos evitado. Fui a la iglesia, oré antes de cada comida, leí la Biblia 4 veces. Esto es evidencia de un corazón que cree en su propia justicia y piensa que es esta la que le lleva a tener una relación cercana con Dios.
Desafio y Aplicación
Este mismo corazón orgulloso se manifiesta en otras áreas de nuestras vidas y especialmente en las relaciones con otras personas. ¿Cuándo estas con otras personas, hablas más de ti mismo o de otras personas? ¿Tratas de ponerte en un lugar donde otros te van a ver a ti y tus talentos? ¿Estás viviendo para que otros te noten o para que personas se enfoquen en Dios? Es importante que sirvamos y sigamos a Dios, pero tenemos que hacerlo con el deseo de que otros vean a Dios y no a nosotros. Mateo 5:16 dice, “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” Dios nos llama a vivir de una manera que nuestra luz brille en el mundo oscuro en que vivimos. La única manera en que nuestras vidas puedan brillar de esta forma es si estamos viviendo para la gloria de Dios. Mientras que caminamos hoy, reflexiona en esto, ¿cómo puedes motivar a otros a ver, pensar y confiar más en Dios? ¿A qué persona le puedes recordar el evangelio en amor? ¿Cómo te puedes recordar que tu relación con Dios no depende de tus buenas acciones?