Devocional Familiar:
Leer 2 Samuel 20, orar y cantar juntos
Devocional Personal: Lucas 18:14
“Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.”
La culpabilidad al vivir a tu propio estándar
¿Cuántas veces sientes culpabilidad por cosas que has hecho aún después de confesarlas a Dios? ¿Te encuentras pasando días lamentando decisiones que has tomado y preguntándote como pudiste haberte equivocado tan mal? Esto podía indicar que tienes algo en común con el fariseo de esta parábola. Esta parábola habla de personas que confían “en sí mismos como justos”. Tenemos una tendencia de confiar en nuestro comportamiento para sentirnos justos, en vez de confiar en el sacrificio perfecto de Jesús en la cruz por nosotros. Ayer vimos que cuando haces eso, tiendes a ignorar tu propio pecado y culpar a otros. Pero hay veces en la vida que no podemos ignorar nuestro pecado y por alguna razón u otro nos encontramos cara a cara con nuestro pecado. Cuando esto pasa, vas a sentirte en un lugar muy inestable y inseguro. El hecho de que estabas confiando en ti mismo, te hará sentir muy decepcionado de que no podrás cumplir tus expectativas. Pensabas que fuiste suficiente bueno para no pecar de esta forma, pero ahora has fallado. Te sientes aplastado. Te sientes decepcionado. No puedes creer que hiciste eso. Te sientas muy culpable. Pasas mucho tiempo sintiendo triste por ti mismo sin un solo pensamiento sobre Dios. Después, sientes que tienes que hacer algo para poder acercarte a Dios.
La Biblia nos presenta una alternativa. Romanos 8:1 dice que “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.” Esto significa que los que han aceptado a Cristo como su salvador no tienen razón para vivir bajo un sentimiento de continua culpa y condenación. Tenemos que descansar en la promesa de 1 Juan 1:9, “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”.
Desafio y Aplicación
Ven a Jesús, arrepiéntete de tu pecado, y sigue adelante sin culpa. Descansa en la confianza de que Cristo murió por todo tu pecado, pasado, presente, y futuro. Ahora puedes vivir para Dios con un corazón libre. La libertad en Cristo solo puede venir cuando reconocemos la sumamente alta estándar que Dios tiene para nosotros, y el hecho de que por Cristo hemos sido completamente perdonado. Dios nunca quiso que cargases el peso de vivir una vida perfecta, pero si que encuentres descanso y paz en vivir para él sin culpa o condenación porque Jesús cargo tu culpabilidad. Jesús habla de eso en Mateo 11:28-30, “28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Quiero animarte hermano, a arrepentirte, pedir perdón, descansar en Dios y disfrutar el yugo fácil y la ligera carga de hoy ser un hijo de Dios.